La vuelta al colegio siempre trae emociones encontradas: ilusión, nervios y expectativas. Para los alumnos con TDAH, este momento puede resultar especialmente desafiante. Los cambios de rutina, la adaptación a nuevos profesores y el reencuentro con las demandas académicas requieren un esfuerzo adicional de organización y concentración.
Es importante recordar que estos niños y niñas no eligen distraerse o moverse más de lo esperado. Su cerebro funciona de manera diferente, y eso les hace necesitar estrategias y apoyos específicos para desplegar todo su potencial. Pequeñas acciones marcan la diferencia: darles instrucciones claras y breves, establecer rutinas predecibles, anticipar cambios y reconocer sus logros, por pequeños que sean.
El comienzo de curso también es una oportunidad para reforzar la comunicación entre familias y docentes, construyendo un entorno colaborativo que favorezca su desarrollo. Con empatía, paciencia y expectativas realistas, podemos convertir la vuelta al cole en un camino más amable y motivador.
El TDAH no es un obstáculo insalvable, sino un reto que, acompañado de comprensión y recursos adecuados, puede transformarse en una oportunidad de crecimiento y aprendizaje para todos.